lunes, 30 de agosto de 2010

LOS BLOGS A LOS QUE SOY ADICTO

Feliz día a todos los locos que escriben un blog. Por si le sirve a alguien aquí les dejo los blogs que más me gustan, espero que les guste tanto como a mí.

Moleskine Literario www.ivanthays.com.pe/

Es un blog de literatura administrado por el escritor y crítico literario Iván Thays, autor de la novela finalista del premio Herralde, Un lugar llamado oreja de perro. Es un blog en el que recopila artículos de otras páginas especializadas en literatura. Este blog me gusta mucho porque allí tengo una guía de las novedades en cuanto a libros.

La historia de la publicidad http://www.lahistoriadelapublicidad.com/

Es un blog que acabo de descubrir, pero que me hace mucha gracia. Me llama la atención el hecho de que hable sobre publicidad, la carrera que sigo, pero toma el aspecto antiguo de esta profesión, la historia, los inicios de la publicidad.


Miguel Sánchez Flores habla sobre todo lo que tenga que ver con la música. Eso lo hacen muchos blogs, pero me gusta este porque coincido con él en gustos musicales.


Carlos Carlín nos dice “Apaga la tele”… no le hago caso, pero luego de estar una horas frente a ese aparato miro su blog y me divierto un poco.

domingo, 29 de agosto de 2010

FREAKS de Tod Browning

Debe ser una de las mejores películas que he visto. Tod Browning nos muestra a un grupo de seres extraños para el resto de mundo. Raros en apariencia física, pero tan similares a todos. Son personas que aman y descubren el dolor de no ser aceptados. Son seres nobles y buenos, golpeados por la indiferencia y el repudio que los seres ‘normales’ sienten hacia ellos. Pero eso no es lo que me llama la atención de esta película de 1932. Hans, un hombre con cuerpo de niño hereda una fortuna, la trapecista del circo, una mujer hermosa y refinada, al enterarse de esto decide seducir al pequeño hombrecito para luego casarse con él. Si bien el film nos muestra una cara humana de estos seres, también nos muestra un rostro que todos como humanos tenemos, es la cara del rencor, el odio, y el deseo de venganza. Creo que eso es lo que me llama más la atención de esta película, el despojo del maniqueísmo para desarrollar una atmósfera más humana, en todo el sentido de la palabra.

DESARROLLO DE LA PUBLICIDAD

           La publicidad es una profesión nueva, pero ese no quiere decir que sea nueva en su uso. La historia de la publicidad se remonta hasta la época de los antiguos egipcios, de quienes se han encontrado documentos que señalan que esta cultura ya utilizaba alguna forma de publicidad incipiente.

A lo largo de los años la publicidad ha ido evolucionando. Fueron apareciendo los primeros antecedentes de lo que hoy llamamos paneles, gigantografías, carteles, flyers, etc. Aparecieron también los pregoneros, quienes anunciaban sucesos o noticias a viva voz.

El despegue de la publicidad no sucedió hasta la invención de la imprenta. Es en ese momento en el que la publicidad logra hacerse masiva. Es entonces cuando se inicia la etapa moderna de la publicidad, pues la aparición de la imprenta fue potenciada por el desarrollo de las ciudades.

La publicidad alcanzó niveles elevados, tanto así que el periódico The Spectator incluye en sus páginas publicidad, pues esto les ayudaría a solventar los gastos de impresión. Entonces surge lo que se conoce como “tarifa publicitaria” de los medios de comunicación. A partir de la incursión de la publicidad en los medios masivos de comunicación, se comienza a especializar para posteriormente convertirse en una profesión, entonces surgen las agencias de publicidad. En 1845 nace en Francia la primera agencia de publicidad, "Societé Géneérale des Annonces", destinada a prestar servicios a los anunciantes y a mediar entre estos y los medios de comunicación.

Durante el siglo XX la publicidad se vuelve más especializada. En los primeros años de 1900 la publicidad solo se dedicaba a mantener a la marca dentro de la mente del consumidor. Luego se pasaría a la elaboración de argumentos para estimular la compra de un producto. Estos argumentos eran racionales. Es esta etapa del desarrollo de la publicidad aparece la radio y esto transformaría la forma de anunciar, que hasta entonces había sido solo por medios impresos.

Hacia 1950, los mensajes publicitarios de centraron en la propagación de la marca y algunos rasgos diferenciales, que luego serían el eje de las estrategias de imagen que luego se pondrían de moda. Durante estos años aparece una concepto trascendental para la industria publicitaria, se trata del UPS (Unique selling proposition o Propuesta única de ventas). La propuesta única de ventas se centraba diferenciar un producto con respecto a su competencia.

Jhon Walter Thomson desarrolla la publicidad testimonial. Esta forma de hacer publicidad se caracteriza por la venta de un producto destacando sus beneficios y asociándolo a un personaje que tenga rasgos de su personalidad que se asemejen a las de la marca. La estrategia consiste en acentuar el prestigio de un producto al de una personalidad a la que se le otorga reconocida autoridad en determinados aspectos, ya sea un artista, un científico o un deportista.

Con Ogilvy, la publicidad se centra en la creación de mensajes a partir de propuestas creativas, este cambio sustancial, permitiría diferenciar a los productos mediante cualidades explícitamente subjetivas. Se cambia el enfoque tradicional de la publicidad tal como se utilizaba en la década anterior, ya que dejaba de ser articulada racionalmente para apelar a mensajes divertidos o sorprendentes. Entonces se utilizó el humor como herramienta para persuadir y llamar la atención de los potenciales consumidores, uno de los máximos exponentes de la publicidad humorística fue Bill Bernbach.

Muchas crisis golpearon a la sociedad norteamericana tales como: Vietnam, el caso Watergate, etc. La sociedad no se ocupaba de la publicidad, entonces el recurso humorístico perdió valor y efectividad.

Se tenía que buscar la forma de llegar al público efectivamente, entonces surgió el recurso de la segmentación. Los mensajes publicitarios fueron planteados para distintos tipos de públicos, al igual que los productos, los cuales se especializaron en satisfacer distintas demandas a pesar de pertenecer al mismo rubro.

La publicidad en estos tiempos sufre la arremetida de una dran enemigo : en control remoto. La gente no mira la publicidad que sale en la tv. En los cortes comerciales, cambia de canal. Entonces la publicidad ha optado por el pratocinato y el auspicio de diferentes programas televisivos, con lo cual se asegura que el televidente tenga que ver la marca dentro del mismo programa sin necesidad de esperar el corte comercial.

Pero además ha aparecido otro soporte importante: internet. Este nuevo soporte trae nuevos retos para la publicidad, pero también nuevas opciones de expandir el aspecto creativo.

jueves, 19 de agosto de 2010

MARIANITA

Mientras el muchachito se quita la ropa, la niña lo espía desde el umbral de la puerta. Se quita la camisa a cuadros que debe ser de su padre, los pantalones bien planchados que dobla con sobriedad disimulando sus nervios, se queda en ropa interior. Es flaquísimo, casi no tiene carne. Se ve tan indefenso. Es tan lindo, Marianita, pobrecito el niño, quiere ser hombre esta noche. Es menor que tú, apenas debe está en el colegio. Qué delgadito y frágil se le ve. Tú ya eres una mujer, con el cuerpo de mujer, con la tetas en su sitio, el cabello pintado y las uñas bien al rojo vivo. Eres una fiera, gatita, u-n-a f-i-e-r-a.

Entonces la niña entra, confiada, está en su ambiente, y allí no existen los nervios. Se acerca al muchacho con movimientos suaves, contornea la cintura, es lo que buscaba: ser otra. El muchacho respira hondo, experimenta una erección. Pasa saliva y contempla las suaves líneas del cuerpo de la mujer. Tiene el rostro dulce de una niña que se contrasta con el maquillaje exagerado, las uñas pintadas con un rojo intenso, al igual que los labios, la rodea una luz rosada. Esa luz inunda el cuarto. Entonces Marianita, no, perdón, Clarice, besa al muchacho en la mejilla, en la boca, le hace cosquillas con la lengua en la oreja y le susurra indecencias.

- ¿Cómo te llamas?- pregunta de repente.

-José- responde el muchacho, completamente excitado.



¿Qué pasó, Marianita? ¿Qué pasó aquel día? ¿Qué hizo, qué te dijo para que ahora estés aquí, a esta hora? Es cierto, le abriste tu corazón a un desconocido, a un niño, le dijiste tu nombre, tu verdadero nombre, Mariana Fesser. ¿Por qué? Lo piensas y no encuentras respuesta. Era un niño que te escuchó, nadie te ha escuchado antes ¿o sí? Elegiste la vida que elegiste buscando amor, Marianita, buscando tanto amor en los encuentros nocturnos en habitaciones iluminadas de color rosa. Te llenó la existencia este trabajo. Tal vez, Marianita, tú no necesitabas amor, tal vez te sobraba y solo querías compartirlo. ¿Entonces por qué estas acá? Acaso te enamoraste de verdad. No lo sabes. Tocan el timbre de salida, cientos de niños se apresuran por la puerta hacia la calle. Marianita está quieta, sentada al borde de la banqueta opuesta al colegio de José. Él sale. Ella lo mira, pero él, como tantas veces, no advierte su presencia. Nunca le hablarás, Marianita, nunca, solamente Clarice, solo ella.

domingo, 15 de agosto de 2010

La publicidad necesita de la literatura

“Todos somos publicistas por naturaleza, pues todos creamos para los demás una percepción de nuestra imagen. La diferencia está en que los publicistas cobramos por hacerlo… a las profesionales que cobran por hacer algo que otra hacen gratis en sus casas las llaman, con desprecio, putas” GUSTAVO RODRÍGUEZ.


Con esta reflexión, Gustavo Rodríguez, culmina una columna titulada, “Soy publicista, y qué” publicada en su libro “Traducciones peruanas”. El texto habla sobre el prejuicio que los literatos (y periodistas), en sus círculos más cercanos, expresan hacia la labor del publicista. La razón: creo que se debe a que los escritores y periodistas ven a los publicitas como materialistas, impulsores de la injusticia social y del crecimiento de las brechas culturales entre ricos y pobres. Esto está ligado al hecho de que algunos malos publicitas proyectan una imagen negativa de la publicidad, y esta no pasa desapercibida, pues el trabajo del publicista es justamente lo contrario: llamar la atención.

Pero la publicidad no debe ser vista como algo negativo, pues esta también busca la mejora de la sociedad al igual que la literatura, cada una a su modo. Mientras la literatura busca, a través de las historias que narra, la reflexión del lector frente a determinados temas. La publicidad busca eso a través una campaña televisiva contra la desnutrición, o incentiva la donación para la Teletón. Ambas buscan objetivos similares, ciertamente cada una a su estilo.

Pues bien, tampoco podemos negar que el fin fundamental de la publicidad es vender un producto determinado. Pero esto no debe ser visto como algo malo. La publicidad tiene que ocuparse de vender sin lastimar la susceptibilidad de su público, vendiendo productos de manera inteligente y creativa, no solo mostrando muchachas curvilíneas en diminutos bikinis diciendo que compremos tal marca de cerveza.

miércoles, 11 de agosto de 2010

MELQUÍADES

Caminaba lentamente. ¿Quién era aquel hombre? Recuerdo que entristecí. Hizo una seña con las manos, como si quisiera que lo siguiera. Tenía los ojos diáfanos y la mirada triste. Llevaba la ropa sucia. Colgaba de su hombro izquierdo un morral rojo. Resbaló dos veces, recuerdo que lloré más. No controlaba mis lágrimas, no controlaba nada de mí. Entonces hice un esfuerzo, volví la mirada y mi madre lloraba desconsolada, ella no miraba al mendigo que, asustado y triste, seguía con su andar débil. No, ella lloraba simplemente.
Tal vez era un borracho, no lo sé. La curiosidad pudo más. Mamá lloraba, yo tenía que consolarla ¡Yo tenía que estar con ella! Salí de prisa. Una vez fuera el frio me golpeó la cara. Tenía una chompa delgada, un pantalón de pijama y unas pantuflas viejas que pertenecieron a mi padre. El frío penetraba por todo mi cuerpo. No me importó. Di unos pasos, el hombre caminaba lentamente, había algo familiar en aquel desconocido. Instintivamente lo seguí. Caminaba con la cabeza baja, el cabello sucio y largo. Era joven, a lo mucho treinta años. De su cuerpo emanaba un aroma desagradable, inmundo. Su rostro, en otro tiempo perfecto, estaba repleto de heridas y moretones, tenía los labios partidos. Yo lo conocía. Entonces creí entender, pero la idea era descabellada, simplemente era imposible.